En Chihuahua, hablar de un relevo generacional en la política se ha vuelto una especie de mantra, una promesa vacía que, en lugar de inspirar esperanza, genera escepticismo. Los políticos anticuados que llevan décadas en el poder han aprendido a adaptarse y a usar este discurso a su favor. A dos años y medio de las elecciones, muchos de ellos ya se están “preecandidateando”, levantando la mano y proclamándose los próximos líderes, mientras los problemas del estado siguen sin resolverse.
En este panorama desalentador, hay una figura que destaca y que ha logrado ganarse el apoyo de la juventud: Cruz Pérez Cuéllar. Su trayectoria de trabajo arduo y constante en diversos movimientos, siempre con el objetivo claro de llegar a la gubernatura, lo ha consolidado como el político de mayor influencia a nivel estatal y nacional. Cruz no solo habla de cambio, lo representa con su acción.
Cruz Pérez Cuéllar encarna una nueva visión de la política, una que la juventud ha estado pidiendo a gritos. No es un político de escritorio, sino de territorio, alguien que ha estado en las calles, escuchando y trabajando junto a la gente. Su apoyo incondicional a los jóvenes y su capacidad para obtener resultados tangibles lo han convertido en el líder que realmente queremos ver en la gubernatura.
El Proyecto de Jóvenes Cruzistas es una muestra del respaldo que tiene entre la juventud. Este movimiento está creciendo a nivel estatal y no muestra signos de detenerse. Cruz ha demostrado que su prioridad son los proyectos y no los partidos, y esto le ha permitido ganarse el apoyo genuino de la gente, fuera de las estructuras partidistas tradicionales. Su sólida estructura estatal y el respaldo de los gobernadores electos de Chiapas y Puebla, con quienes compartió escaño en el Senado de la República, consolidan su posición como el candidato más fuerte.
A pesar de los rivales que surgen desde la misma “trinchera”, ninguno se le acerca ni a los talones. La juventud de Chihuahua ha encontrado en Cruz Pérez Cuéllar un verdadero aliado, alguien que entiende sus necesidades y lucha por ellas. Su compromiso con el pueblo y su capacidad para obtener resultados lo convierten en el político que realmente queremos que llegue a la gubernatura.
No cabe duda de que Chihuahua tendrá un gobernador de la frontera, de Ciudad Juárez. Y como dijo un gran político: “A Chihuahua se le respeta, cabrones”. Es hora de que los políticos anticuados entiendan que el verdadero relevo generacional no es una cuestión de edad, sino de actitud y compromiso con el pueblo. La juventud está lista para apoyar a Cruz Pérez Cuéllar y trabajar juntos por un futuro mejor para nuestro estado.
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